Oct 22, 2021
El error es innovar

¿Se puede innovar sin cometer errores? Para nosotros, la pregunta más importante debería ser ¿cómo se puede cometer un error lo antes posible? En este artículo descubrimos la importancia del error como aspecto clave del proceso de innovación.

El error es innovar


El miedo a los errores suele paralizar a las personas. Los errores desencadenan una reacción de actividad cerebral asociada a un grupo de neuronas llamadas «neuronas del error»*. Cuando una persona se equivoca, el cerebro se ilumina con una secuencia de reacciones que busca “codificar” la información más profundamente y comienza una aventura para tratar de buscar una solución.

Las organizaciones, formadas por humanos con miedo a equivocarse, utilizan la prevención de errores como una estrategia central para afrontarlos. Sin embargo, una forma de innovar hoy en día es: equivocarnos mucho y barato, para aprender, iterar y pivotar rápido, logrando así llegar a una implementación y validación con usuarios de manera gradual. Los procesos de innovación son intrínsecamente inciertos y caóticos debido a que la información es inicialmente escasa y los problemas que queremos resolver son grandes y de alto impacto… El error es la clave ¿nuestros equipos, mindsets y nuestra cultura de trabajo están preparados para esto?

Errar es humano, es aprender, es activar nuestros centros de resolución para crear. El error es innovar.


La oportunidad en el error

El fundador de Honda, Soichiro Honda, lo describió muy bien: «El éxito es un 99% de fracaso”. Una idea es el 1% de la solución y para impactar en miles o millones de personas, debemos arrancar por una, diez, o cien, entendiendo que la mayoría van a fracasar. Cuanto más ágiles seamos para probar, aprender y desaprender, más rápido llegaremos a impactar con la solución indicada.

Muchas son las empresas que tuvieron que errar una y otra vez antes de alcanzar el éxito y un gran factor para lograr excepcionales resultados fue innovar co-creando con los usuarios. Las empresas que tienen la capacidad de detectar oportunidades en el error ponen a sus usuarios en el centro de la escena, observan qué es lo que quieren, qué atributos necesitan y cuáles no, pero siempre apalancados en procesos de innovación que permitan correr los límites de lo esperado, de lo conocido, salir de la caja y crear valor genuino.

Este fue el caso de Slack que comenzó como una empresa llamada Tiny Speck, creadora de un juego llamado Glitch. El juego en sí fue un fracaso y se cerró en 2012. Sin embargo, un aspecto del juego que se mantuvo fue la funcionalidad de chat interactivo y colorido que utilizaban los jugadores y empleados. Una vez que Glitch cerró oficialmente y el equipo se dio cuenta de la poderosa herramienta de colaboración que tenía entre manos, lanzó la aplicación Slack en 2013. Slack creció rápidamente y la empresa salió a bolsa en 2019.

El imperativo del error

Para que podamos permitir activamente los errores, tenemos que crear una sana cultura del error en nuestros equipos.

Después de muchos años acompañando equipos a transformarse hacia una cultura del error, después de muchas experiencias, hipótesis e iteraciones, entendimos cuáles son los pilares para lograr una profunda transformación:

     - Los equipos deben estar motivados por el deseo de aprender en lugar del miedo al fracaso.

     - Los líderes deben favorecer escenarios donde el error tenga lugar, recompensando la valentía y promoviendo las pruebas de hipótesis en ámbitos resguardados.

     - Se debe crear una estrategia de gestión del error apropiada para cada equipo, utilizando metodologías, técnicas e instrumentos adecuados para convertirlo en valor agregado de ideas y soluciones innovadoras e implementables.

Innovar es percibido como arriesgado ya que todo nuevo esfuerzo es susceptible de cometer errores. Por lo tanto, la forma en que se gestionan los errores en las organizaciones está relacionada con la capacidad de innovación de las mismas y su manejo de la cultura del error. Con esta cultura, las organizaciones lograrán segmentar problemáticas grandes y complejas que deben resolverse por partes, por actores involucrados, por MVPs graduales que validen lo que realmente aporta valor y lo que no.

Entendiendo entonces que las organizaciones pueden contrastarse en función de si mantienen una cultura de prevención o se transforman para adoptar (al menos en parte) una cultura de gestión de errores y así innovar, te invitamos a animarte a transformar la cultura para viabilizar la innovación.

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