Es muy común escuchar hablar de que algo tiene diseño, como un atributo diferencial que aporta felicidad normalmente o que habilita que alguna acción se pueda realizar de manera muy fácil o eficiente. ¿Pero qué significa tener o no tener diseño?
Sin duda el término diseño ya no suena como algo deseable, algo que se tiene o no se tiene, por suerte el concepto de diseño ya está incorporado en el léxico de todas las organizaciones, públicas o privadas, grandes o chicas, hoy es un pilar estratégico y eso no se duda.
Salud! – el diseño llegó para quedarse y todos quieren consumirlo como un condimento que agrega sabor a cualquier plato y ahí, justo ahí – arranca el verdadero desafío de incorporar diseño y no arruinar la receta.
Diseñar es un proceso y más allá de utilizar distintas herramientas que habilitan una construcción incremental, estoy convencido de que diseñar es un mindset y solo con un posicionamiento colaborativo, iterativo y no lineal es posible agregar sabor al plato o en una perspectiva de negocio – agregar valor a una propuesta de servicio o producto.
A lo largo del tiempo, distintas organizaciones fueron estructurando el proceso de pensamiento de diseño en grandes momentos, que van del descubrimiento a la implementación y validación. En DMO, luego de un largo proceso de maduración, de probar, fallar, aprender y validar, estructuramos nuestro proceso de Diseño en 4 grandes momentos:
Discovery – Ideate – Prototype – Scale, formando la sigla “DIPS” (salsa para mojar) y de ahí la analogía del diseñar con el cocinar, que nos hace tanto sentido y nos ayuda a explicar cómo entendemos el diseño.
Pero antes de avanzar, vale la pena mencionar brevemente que sucede en cada momento.
Discovery: Nos posicionamos frente a una problemática y buscamos identificar insights que definan un vector de acción para los siguiente momentos.
Ideate: Divergimos inicialmente todo lo posible y convergemos las mejores soluciones en diseños a validar.
Prototype: Prototipamos, testeamos y validamos los diseños.
Scale: Implementamos los diseños ya validados y garantizamos la calidad que llegará a los usuarios / consumidores.
Pensar en DIPS nos lleva a un momento placentero, nos presenta una oportunidad para elevar el sabor de un plato. Tan solo háganse la imagen de un nacho solo o uno con guacamole; el DIP lo puede cambiar todo.
Si bien es difícil hablar de más o menos diseño en un proceso, si podemos hablar de por qué momentos queremos pasar o volviendo a la analogía de la comida, cuánta salsa le queremos poner al nacho, que tipo de salsa, que ingredientes voy a usar, quién va a consumir la salsa, etc. Cada proyecto es particular, pero el posicionamiento que hacemos junto a nuestros clientes, de dónde partimos y a dónde queremos llegar, cuánta profundidad le vamos a dedicar a cada momento o cuánto tiempo es posible, son todos factores que van a condicionar el resultado final.
Veamos algunos errores comunes. Si encaramos un proceso de Diseño tirando ideas, sin haber tenido antes un momento de entendimiento del problema / target / usuario / consumidor, es posible que las ideas solo sirvan para tener debates eternos y posiblemente fallemos en momentos de testeo. O si buscamos escalar un producto / servicio sin antes testear – fallar y aprender, posiblemente se inviertan mal los recursos de un proyecto y haya que iterar con un costo muy alto.
En DMO cada proyecto es único, diseñamos el proceso a la medida del problema a resolver, de los modelos de negocio a transformar, las necesidades de nuestros clientes y las de todos los actores involucrados. Nos gusta pensar que diseñamos nuevas recetas (proyectos), combinando y creando salsas (herramientas y metodologías) para lograr mejores sabores (outputs / experiencias de Usuario).
#PrimeraPersona
Cristóbal Papendieck