Emprender requiere de mucha constancia, paciencia, perseverancia, pasión, pero sobre todo de estar muy bien acompañado y disponer de una buena red.
Desde que tengo memoria busco ser “independiente”, desde el punto de vista técnico y como una decisión de formación profesional. Aunque considero que ser emprendedor no significa ser solamente independiente. También implica el gran desafío de conocerse a uno mismo como profesional, crecer en este sentido y poder apoyar y acompañar el crecimiento y el desarrollo del equipo de trabajo: todos juntos y a la par. Algo como lo que dice este proverbio africano que tengo -casi tatuado- en mi estado de whatsapp: “Si quieres ir rápido viaja solo, si quieres llegar lejos viaja acompañado”.
Lo importante a la hora de asumir el desafío de emprender, es encontrar la mejor compañía para que el viaje sea lo más divertido y aventurero posible. Saber rodearse de profesionales que, coincidan o no con tu perfil, desarrollen o no actividades como las tuyas, puedan enriquecer sus caminos de ida y vuelta, además de ayudarte a generar valiosas sinergias.
Es por eso que el término independiente en los negocios y en los trabajos denominados “en relación de dependencia”, desde mi punto de vista están equivocados. Si bien un emprendedor es capaz de identificar una oportunidad de negocio, al asumir el reto de trabajar por lo que realmente le apasiona, se enfrenta y resuelve momentos difíciles, y es así como logra ser el dueño de su tiempo y de una estabilidad económica, que le permite seguir emprendiendo.En este sentido, podríamos definir a la independencia como la “libertad” de no depender de otros para concretar un proyecto y sentirse realizado pero, de algún modo, el emprendedor y su emprendimiento dependen y se hacen gracias a todo el valor y aporte del equipo que lo conforma.
Para ilustrarlo mejor, volvamos al ejemplo del viaje. Si viajas solo -que lo he hecho muchas veces y me parece genial-, vas a encontrar momentos en los que vas a necesitar un empujón, un consejo o un freno para tomar un camino o elegir recorridos y lo vas a tener que resolver solo. También te puede pasar que queriendo salir a recorrer y explorar nuevos lugares, tengas que tomar el riesgo de viajar de noche, incluso mal dormido; lo que podría ser un riesgo o un impedimento para disfrutar la aventura. Por eso estoy convencido que la buena compañía es mucho más que llegar lejos. Es llegar bien alto para el gran, hermoso e irrepetible viaje que es la vida.
Martin Ries Centeno