DMO design company arrancó en un living de una casa, con un escritorio y dos computadoras. Siempre tuvimos la necesidad de ir por más. Nos acostumbramos a ponernos desafíos que parecían imposibles y los fuimos logrando. En estos 17 años nos hemos reinventado, crecimos, nos achicamos, fuimos y volvimos, nos capacitamos y nos superamos. Hoy tenemos proyectos en los cinco continentes. Siempre buscamos nuevas herramientas, metodologías, personas y equipos que nos permitan seguir impulsándonos.
Descubrir la metodología OKR’s y capacitarnos con Máster Me Up nos ayudó a frenar, repensar y enfocar cuáles eran los objetivos que queríamos alcanzar en nuestra compañía y a trazar un plan para lograrlos. Desafiarnos a implementar OKR’s nos hizo ser conscientes de que necesitábamos irradiar más nuestra cultura, que todo el equipo debía estar alineado a los objetivos y ayudarnos a co-crear la forma de lograrlos.
Adoptando la mentalidad OKR: prueba y error
Comenzamos nuestro piloto de implementación en Q3 2021. Seguimos la teoría al pié de la letra. Definimos objetivos corporativos anuales y los conectamos con objetivos trimestrales por equipos. Definimos una dinámica de feedback semanal, quincenal y mensual. Probamos plataformas para sistematizar nuestra gestión con OKR’s y definimos comenzar con la simpleza de un Excel. Lo comunicamos al equipo. Pero no logramos que el equipo se sienta traccionado por los OKR’s… Fracasamos?? Claro que no, iteramos y volvimos a la carga.
Arrancamos Q4 2021 con un gran desafío que era la comunicación interna alrededor de OKR’s. Nos costaba que todo el equipo lo adopte y lo consuma. Nos sinceramos, nos abrimos a aprender e hicimos un workshop interno de “Feedback OKR’s”. Le preguntamos al equipo de 1 a 10 cuánto se identificaban con los objetivos y su forma de medir (OKR’s) su grado de avance. Y estábamos dispuestos a reformularlo todo, co-crearlo desde 0 con el equipo y hackear la metodología de forma tal que la tía abuela de cualquiera pudiera entender a dónde queríamos llegar, qué queríamos lograr y cómo lo íbamos a medir.
Hackeamos la metodología OKR.
¿Cómo creamos nuestro DMO OKR’s Qube?
Finalmente en Q1 2022, luego de ir iterando y haciendo varias pruebas entendimos que como empresa de diseño, somos visuales y que esa debía ser nuestra manera de abordar OKR’s para poder alcanzar el punto de contacto con todo el equipo. Así es como nace la idea de challengear el formato OKR y creamos nuestro propio OKR’s Qube (trimestral). De forma simple pudimos poner los objetivos claros en una pieza que se pueda consumir rápido y a simple vista poder entender y traccionar en equipo sobre los objetivos que estamos persiguiendo. Ahí cruzamos los ejes estratégicos, las áreas claves del negocio con los objetivos que queríamos conseguir en un Cubo Mágico para cada Q.
3 Áreas claves: Design Team, Marketing- Comercial y Board
3 Objetivos estratégicos: expansión global, disfrutar e irradiar nuestra cultura y generar experiencias transformadoras.
Establecimos los KRs para cada cruce del cubo con un diseño visual de cumplimiento. A su vez, seleccionamos con colores el grado de confianza para poder cumplirlos; rojo (bajo), amarillo (medio) y verde (alto).
Aprovechamos las reuniones mensuales de todo el equipo para ir comunicando los avances y que haya un momento de feedback. Con el Qube logramos que sea visualmente más fácil de entender los objetivos y ver los resultados alcanzados mes a mes, algo que hasta el momento no habíamos podido lograr. Utilizamos Mural como herramienta para diseñar nuestro Qube ya que nos permite interactuar de forma colaborativa, donde todos pueden dar feedback y sugerir cambios.
Desde el año pasado, con el Qube en DMO logramos mejorar la adherencia y la comunicación con todo el equipo, nos ayudó a poder percibir mejor los OKR de una forma sencilla. Logramos que todo el equipo se sienta parte del proceso, que estén alineados y que haya una retroalimentación constante para poder avanzar hacia las metas propuestas.
Iterar y animarse a nuevos retos es la clave
Creemos que OKR más que una metodología es una transformación cultural que hay que adoptar con todo el equipo de trabajo. Es un método sencillo, pero que requiere de mucho compromiso, tiempo y alineación. La clave es la implementación y no hay una sola forma correcta de hacerlo. Con la práctica nosotros fuimos iterando los objetivos, siempre teniendo presente que se puedan medir los resultados y poniendo plazos para lograrlos. Cada uno debería encontrar su mejor versión, el proceso es diferente para cada organización.
De lo que estamos seguros es que para poder aplicarlo hay que involucrar a todo el equipo y diseñarlo a medida de nuestra cultura para poder lograr esa magia y compromiso de todos los que forman parte y así lograr implementarlo. Seguramente en otro tipo de organizaciones se pueda implementar de manera más profunda con todos sus rituales, momentos y actores pero para nosotros funcionó algo más simple que enfatice y ponga foco en la comunicación como herramienta de tracción de todo el equipo.
¿Un logro? ¡Desafiamos nuestros propios límites!
Llevar a la acción la metodología nos permitió entender que teníamos que pasar por 3 hitos fundamentales para que los OKR’s logren impactar en nuestros objetivos y estrategias. En primer lugar, destacamos la importancia de entender cómo redactar y definir correctamente un OKR. Muchas veces podemos caer en el error de confundirlo con iniciativas, por eso, es fundamental que podamos dedicarle el tiempo necesario para trabajar en equipo en la definición y refinamiento para que estén alineados a nuestras prioridades. Por otro lado, un dato no menor es que tienen que ser fáciles de medir. Tener un OKR que sea inmedible no tiene sentido porque hasta nos puede traer piedras en el camino si en el cotidiano se complejiza mucho hacer el seguimiento. Necesitamos tener el dato fácil para lograr un impacto real. Y por último, aprendimos que la comunicación, la alineación visual y la creencia en los objetivos fue sumamente importante para lograr el apalancamiento del equipo. Logramos adoptar la metodología OKR a nuestra cultura con objetivos ágiles que involucren a todo el equipo, impulsando su compromiso y motivación para alcanzar nuestra estrategia global.
Continuar en constante evolución es parte de nuestro ADN, estamos convencidos que haciendo se aprende, nunca es tarde para probar, iterar, pivotar y volver a empezar. Lo importante es saber a dónde queremos llegar, tener las metas claras y animarnos a reinventarnos las veces que sean necesarias afrontando nuevos desafíos para descubrir nuevos horizontes.
Martín Boschetti