Aunque el título pueda hacerte pensar que hablamos sobre el diseño global, o el geográfico, el concepto detrás de este espacio de reflexión, va más allá. Imaginemos los límites entre las disciplinas proyectuales. ¿Existen? ¿O se están borrando, transformando, y presentándonos un desafío mucho más grande y complejo en la medida que avanza nuestra sociedad?
La tecnología es un gran habilitador de nuevos escenarios y posibilidades. Pero pensar en experiencias, más que en productos o servicios, es la gran oportunidad de crear cada vez mejores soluciones, centradas en las personas y sus verdaderas motivaciones, necesidades y deseos.
Basta mirar unos pocos años atrás y pensar en cómo para gestionar un agenda, tenías que tener varios touchpoints a mano: un reloj en la muñeca, un calendario en la mochila, ver el pronóstico del tiempo en el diario y hacer un llamado telefónico para consultar si la otra persona estaba disponible hoy o cuándo. Hasta sacar un turno médico era muy diferente. Sí, parece del medioevo, pero apenas pasaron 20 o 30 de esta cotidianeidad. Y contrasta muchísimo con la facilidad y poder que nos brinda nuestro teléfono móvil, para hacer todo esto y mucho más, de manera instantánea e inteligente.
En ese touchpoint del teléfono móvil tenemos diseño de productos físicos, digitales, servicios, tecnologías e integraciones, todo viajando al mismo tiempo en una experiencia integral. Y aunque parezca fácil decirlo, orquestar todas estas variables de manera armónica es el gran desafío proyectual.
En DMO hace muchos años aprendimos que en los proyectos donde podemos abordar todas las dimensiones del diseño en una misma experiencia para los usuarios, logramos mejores resultados. Porque, en lugar de proyectar algunas escenas que en la compaginación final pueden no resultar en una experiencia superadora para los usuarios, diseñamos la película completa. Creo que la clave está en pensar los procesos como momentos de co-creación con el equipo interno, pero también junto a los usuarios, clientes, partners, proveedores, etc. Es decir, el camino para cambiar realidades es la innovación abierta y trabajar en silos solo polariza un abordaje profundo en el diseño de nuevas experiencias.
¿Viste que muchas universidades están ofreciendo carreras de Diseño? Así solo: Diseño. Lo que ratifica nuestra premisa de que para el futuro necesitamos más enfoques sin fronteras, holísticos e integradores. También -y cada vez más- necesitamos trabajo multidisciplinario, para resolver problemáticas cada vez más complejas que, al mismo tiempo, requieren soluciones más simples y accesibles, si ponemos a las personas en el centro.
Gran parte del equipo de DMO son Diseñadores Industriales, pero la deformación profesional los ha convertido en Diseñadores Sin Fronteras, transversales, flexibles y abiertos a repensar constantemente cómo articular proyectos innovadores. Redefinir nuestra disciplina en cada proyecto, nos motiva a buscar siempre algo más, a disfrutar del viaje de ser parte de un proceso en constante evolución.
#PrimeraPersona
Cristóbal Papendieck