Sep 9, 2021
La innovación suele ser inviable

A la hora de elegir la estrategia de innovación adecuada, cada empresa debe poder visualizar tres elementos esenciales. Aquí te contamos cuáles son.

Según Clayton Christensen, ex-profesor de Harvard Business School y creador del concepto “Innovación Disruptiva”, el 95 % de los nuevos productos y servicios que llegan al mercado fracasan.

A pesar de estos resultados, las condiciones globales generan una fuerte presión sobre grandes compañías que se ven forzadas a innovar, implementando nuevas iniciativas que, pocas veces, resultan en un verdadero retorno de la inversión.

A su vez, estas mismas condiciones externas son percibidas como un océano de oportunidades para miles de emprendedores alrededor del mundo que se aventuran a crear nuevos productos y servicios, aún sabiendo que las probabilidades de sostener estos nuevos negocios por más de un año son del 1%

Mientras que el ritmo de innovación sigue acelerándose, el porcentaje de fracasos continúa siendo muy elevado. ¿Qué podemos hacer distinto? ¿Tenemos una estrategia para desarrollar e implementar innovación?

“La estrategia consiste en tomar decisiones, y elegir deliberadamente ser diferente” – Michael Porter

Al momento de entrar en procesos de innovación, las empresas deberían poder entender el «qué» y «para qué» lo hacen. En DMO nos encontramos con que en muchas empresas esto no está claro desde un comienzo. Cuando nos dicen «Queremos Innovar», preguntamos «y entonces, ¿qué quieren?».

Innovación es un concepto muy amplio y debe implementarse «a medida». A la hora de elegir la estrategia adecuada, cada empresa debe poder visualizar fácilmente su propósito, tener un mindset de transformación cultural y destinar recursos necesarios para lograrla, y por último, transitar y co-crear este camino junto a los mismos usuarios. De lo contrario, la innovación suele ser inviable de llevar a la práctica.

Otros aspectos importantes a considerar a la hora de elegir la estrategia de innovación son:

     - Foco: definir el problema concreto donde se van a enfocar los esfuerzos de innovación.

     - Recursos: diseñar un plan de acción de mediano plazo en cuanto a dedicación de tiempo, equipos y dinero para sostener los procesos de innovación en el tiempo y que no terminen en iniciativas aisladas, perdidas en los silos corporativos.

     - Comunicación: es clave mantener a todas las personas y áreas involucradas informadas del proceso de innovación. Compartir los hitos, aprendizajes y cosas que se van implementando, validando y co-creando para que todos los stakeholders sean parte del proceso de punta a punta.

Co-creando estrategias de innovación

¿Queremos implementar innovación disruptiva, incremental o radical? ¿Buscamos cumplir objetivos estratégicos, financieros o de crecimiento? ¿Qué capacidades y procesos necesitamos?.

Para encontrar respuestas a estas y otras preguntas, lo mejor es enfocarse en lo más pequeño posible, en ideas e hipótesis puntuales que permitan diseñar productos mínimos viables (MVPs). Se busca implementar y fallar rápido y a bajo costo, para ir iterando y validando de forma gradual el proceso de innovación. Se requiere una metodología que permita alinear los equipos internos, llegar a un acuerdo contemplando las diferentes necesidades y perspectivas y transformar las diversas opiniones en valiosos inputs.

La clave es CO-CREAR PARA INNOVAR.

Una estrategia de innovación adecuada es la que se diseña mediante la co-creación y se logra visibilizar de manera holística, manteniéndola viva a través de toda una organización.

Si realizamos este proceso de manera sistémica, las personas logran aprender y desarrollar las competencias necesarias para la innovación en todas sus formas, teniendo la flexibilidad necesaria para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado.

Son las personas quienes generan las ideas y el conocimiento que impulsan la innovación.

Innovar es transformar, entender, idear, validar e implementar. Es mejorar la vida de las personas de alguna manera que mejore el estado actual de las cosas. No hay una receta mágica, el camino es co-crear con los usuarios en el centro para enfocarse en entender sus necesidades, puntos de dolor, interacciones y oportunidades de aportarles valor en su experiencia. Cada proceso de innovación es un traje a medida que varía según quien lo vista y a qué “evento” asista.

Y más allá de lo digital y los datos, innovar es construir historias de vida a partir de mejores experiencias con los productos y servicios que nos rodean día a día.

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